La bioenergía obtenida a partir de purines tiene sólo experiencias piloto en Galicia. Conocemos con el director de Energylab, Juan Rodríguez, proyectos para aumentar su uso. Tratamos también las posibilidades de aprovechamiento
Abordamos con el director del Centro Tecnológico Energylab, Juan Rodríguez Fernández-Arroyo, algunos de los proyectos, centrados en el ámbito agrario, en los que están trabajando. El aprovechamiento de la biomasa residual y de la bioenergía en las granjas son algunos de los ejes en los que investigan.
Uno de los campos en los que han trabajado es en el aprovechamiento del metano en las explotaciones ganaderas. ¿Es una alternativa viable para las ganaderías de vacuno?
Si, desde luego. Puede que el marco retributivo actual no sea el más idóneo, pero en la propia generación de metano, el purín de vacuno es incluso más adecuado que el porcino. Con el purín de vacuno se pueden alcanzar potenciales de producción de biogás de hasta 30 m3 por tonelada de residuo, frente a los 18m3 /tn del purín porcino. Para aumentar la viabilidad se han de reducir los costes de inversión, de operación, de mantenimiento, mejorar la producción de biogás… Por eso, las líneas de investigación en bioenergía en Energylab están orientadas al desarrollo de tecnologías que permitan reducir los costes de estas instalaciones y valorizar estos residuos, de manera que se conviertan en recursos para diferentes alternativas de uso.
“Para generar metano, el purín de vacuno es incluso más adecuado que el porcino”
¿A qué fines se destinaría esta bioenergía obtenida?
El biogás puede tener un uso directo en calderas o en sistemas de cogeneración para generar calor y electricidad. También se está trabajando en la mejora de este biogás para su transformación en biometano de bajo coste que proporcione otras alternativas de uso, como su inyección a la red de gas natural o su uso como combustible de vehículos, que podría ser un ejemplo de Economía Circular, al utilizarlo en el propio transporte de las explotaciones ganaderas.
¿Cuáles son las líneas de investigación en plantas de biogás en las que están trabajando?
Estamos trabajando, por ejemplo, en el proyecto PlantaDac, cuyo objetivo es el desarrollo de una planta de gestión anaerobia de bajo coste y fácil operación, que pueda ser operativa para las explotaciones gallegas de porcino de tamaño medio, y en las que se gestionen los residuos orgánicos mediante la producción de biogás y un fertilizante, un digestato, que pueda ser usado por las propias explotaciones. Esta planta se caracterizará por ser compacta, modular, industrializable y móvil, lo que permitirá reducir los costes de inversión.
Otro de los proyectos está centrado en un tratamiento integral de los purines porcinos que permita su valorización y la reducción de las emisiones de metano y amoníaco, para buscar una solución sostenible y viable económicamente en explotaciones ganaderas de tamaño medio pequeño, que son las más habituales en Galicia. En este caso, se basa en el empleo de sistemas de lagunaje para eliminar el nitrógeno y para, además, contar con sistemas energéticos basados en el biogás mediante la reconversión de las actuales balsas de purines.
“En Galicia hay solo tres plantas de biogás y mucho potencial en comparación con lo que se está haciendo en el resto de Europa”
¿Cuáles son los costes estimados que tendría la instalación de una planta de biogás y qué reducción se podría alcanzar?
A modo de referencia, una planta de gestión anaerobia diseñada para la gestión de unos 3.000m3 anuales de purín generado en una explotación de unas 110 cabezas de ganado vacuno, que pueda tratar unas 150 tn/año de residuos vegetales y que disponga de un sistema de cogeneración para producir energía eléctrica y térmica puede tener un coste de inversión de entre 300.000 a 500.000 euros. En Energylab trabajamos para pasar de ese presupuesto a unos 100 o 150.000 euros. Creemos que esto es posible y que facilitará que se introduzca la tecnología en las explotaciones y que les permita sacar un rendimiento.
Una de las primeras instalaciones ha sido la de la Finca Mouriscade, ¿es factible esta instalación a día de hoy?
Una vez terminado el proyecto, es la propia Finca Mouriscade quien se está encargando de la gestión y seguimiento de la planta, pero sigue operativa y es una de las tres plantas en explotaciones agroganaderas en Galicia, junto a la de la granja Xustás, en Cospeito, y Casa Macán, en Taboada. El potencial en Galicia es muy grande, sobre todo viendo lo que se está haciendo en otros países, ya que hay más de 17.000 plantas en toda Europa y en Galicia, por ahora tenemos constancia de estas tres en el ámbito agroganadero.
Recogida mecanizada de biomasa de restos de poda.
En materia de biomasa, uno de sus últimos proyectos se centra en el aprovechamiento de los restos de poda tanto de kiwi como de vid y coníferas, ¿en qué fase se encuentra?
Ahora mismo nos encontramos a mitad de desarrollo de este proyecto transfronterizo que se centra en el aprovechamiento de la biomasa y que permitirá mejorar la competitividad de ambos sectores con el desarrollo de tecnologías más avanzadas. En la Euroregión Galicia-Norte de Portugal la superficie de uso agrícola representa en torno a un 30% mientras que la de uso forestal llega a un 54%, con esta disponibilidad de recursos surge este proyecto, ya que el uso sostenible de estas biomasas supone una serie de ventajas económicas, sociales y ambientales. Así, valorizamos unos residuos que, además, representan una fuente potencial de incendios y que actualmente no es más que una carga económica para sus productores.
¿Qué biocombustibles se obtendrían de estos restos?
El objetivo es optimizar la explotación y el aprovechamiento energético de la biomasa procedente de poda de matorrales, vid y kiwi evaluando su aprovechamiento en procesos de combustión en caldera, de gasificación y de cogeneración o microcogeneración, para producir fundamentalmente energía térmica y eléctrica a pequeña escala.
“Estamos desarrollando aditivos para hacer que la biomasa de kiwi e vid tenga una combustión más limpia y con menos emisiones”
El alto contenido en cenizas de este matorral limita su uso doméstico, ¿para qué fines industriales está pensado?
Es cierto que una de las mayores limitaciones que nos encontramos es el elevado contenido en cenizas, sobre todo en las biomasas de origen agrícola. Mientras los pellets o briquetas de mayor calidad para uso doméstico tienen unos valores inferiores a 0,7 y 1% respectivamente, los restos de poda de vid y kiwi tienen unos valores superiores de 2,5 y 2,6%. Los restos de origen forestal, aunque siguen situándose por encima de lo permitido, son valores más cercanos a lo permitido, en torno a 1,1 y 1,6%. Para una valorización real de esta biomasa residual de diferente origen y la creación de un mercado asociado a ella estamos desarrollando diferentes procesos de pretratamiento con distintos aditivos que, añadidos a esta biomasa, permitan una combustión más limpia y con menos emisiones.
La recogida de estos restos suele implicar un importante coste que encarece mucho el proceso y su aprovechamiento; realmente, ¿puede resultar viable?
Los avances tecnológicos logrados permiten desarrollar maquinaria específica adaptada a las diferentes características topográficas, lo que contribuye a la reducción de los costes. Se han diseñado equipos específicos para la recogida de poda de vid y kiwi y un equipo específico para la recogida de matorral. Diferentes pruebas nos han dado ya datos de su viabilidad. En una hectárea de viñedo en la que se produce de media anual unas 3 toneladas de poda, se pueden recoger de manera mecanizada 2 tn, que equivaldría energéticamente a unos 450 litros de gasóleo. Algo similar ocurre con el kiwi, donde por cada hectárea se generan unas 4,7 tn de restos al año, de los cuales 3,6 son susceptibles de recogerse con maquinaria.
“Queríamos ir un paso más allá de contabilizar los incendios y ver el impacto ambiental que tienen los fuegos en el monte”
También centrado en el aprovechamiento forestal, han trabajado en el cálculo de la absorción de CO2 en montes productores de madera, ¿qué conclusiones han obtenido?
Este trabajo se enmarca dentro de la colaboración que tenemos con la Asociación Forestal de Galicia y en él también participa la USC y FSC. Una de las partes de este proyecto busca el desarrollo de metodologías para contar con indicadores medioambientales específicos sobre los bosques gallegos. Uno de estos indicadores para evaluar el estado de los bosques se centra en un cálculo más preciso de la fijación de CO2. Desarrollamos una aplicación web a través de la que es posible evaluar y calcular la absorción de CO2 en las masas forestales gallegas tanto a nivel de Galicia como a diferentes escalas. El estudio nos ha permitido constatar que existe una capacidad de fijación en toda la masa gallega muy importante.
“Los incendios forestales registrados en Galicia entre 2010 e 2015 produjeron unos 7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero”
¿Puede estimarse también el impacto de las emisiones de los incendios forestales?
En Energylab desarrollamos la metodología para tener información sobre el balance energético, los daños económicos, el impacto ambiental de los incendios forestales. Hasta ahora, lo que hemos analizado ha sido en base a los partes de incendios del Ministerio entre los años 2010 y 2015 en Galicia. En este período se registraron casi 22.000 incendios que afectaron a una superficie de más de 110.000 ha y en los que se ha producido una liberación de energía de más de 60 millones de MJ y con unas emisiones de gases de efecto invernadero debido a esta combustión de rozan los 7 millones de toneladas. Queríamos ir un paso más allá de contabilizar los incendios y, a través de fuentes oficiales, ampliar esta información para dar una perspectiva del impacto medioambiental que tienen los fuegos forestales.
¿Hay variaciones dependiendo del tipo de bosque que se calcine en los incendios?
Por el momento no lo hemos estudiado pero podría ser susceptible de analizarse en función de las distintas masas de árboles que predominan en unas zonas y otras.
“Los municipios verdes son aquellos en los que los incendios forestales tienen menor impacto o hacen más por minimizar los riesgos”
En este estudio se define un nuevo concepto, el de municipio verde, ¿en qué consiste?
La idea surge para poner en valor los municipios en los que los incendios tienen un menor impacto. Se establecen tres criterios para ser considerado municipio verde:
-El número anual de incendios cada 100 km2 de superficie municipal en los últimos 10 años debe ser menor de 10.
-La superficie media quemada anual cada 100 km2 de superficie municipal en los últimos 10 años debe ser inferior a 20 ha.
-La máxima superficie quemada en el municipio por un único incendio en los últimos 10 años no puede superar las 30 ha.
Estos criterios se plantean también en base a la experiencia forestal de Galicia para visibilizar a los municipios en los que los incendios tienen un menor impacto o que hacen más por minimizar los riesgos.
¿Cuántos municipios verdes hay en la actualidad en Galicia?
En la provincia de A Coruña hemos contabilizado 29 municipios verdes al igual que en Lugo, mientras que en Pontevedra hay 7 y en la provincia de Ourense 6.
Fuente: Campo Galego