En el área metropolitana de A Coruña opera desde hace unas semanas un autobús distinto a todos. Se le nota a simple vista, porque informa en grandes letras de que ‘Este bus lo mueves tú con biometano’ y en sus laterales hasta explica de forma muy gráfica cómo es posible eso: que todo empieza en fregaderos, lavabos e inodoros. El combustible que hace andar ese bus pionero se obtiene en el proceso de depuración de aguas residuales en la Edar de Bens, donde se investiga cómo optimizar la producción de ese biogás que se genera durante el tratamiento y, entre otras cosas, su aplicación a la movilidad urbana. Y ese bus constituye la prueba evidente de que la aplicación es posible.
Están embarcados en el proyecto Naturgy y el centro tecnológico gallego EnergyLab, con la colaboración de la Edar, que trata las aguas residuales de A Coruña, Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros. Con financiación europea y de la Xunta, se han aliado en una unidad mixta dedicada al gas renovable que inició su trabajo hace más de dos años, para facilitar el aprovechamiento del que se produce allí en el proceso de digestión anaerobia.
Y es que es una alternativa limpia a los combustibles fósiles con un impacto «casi nulo» en forma de dióxido de carbono y se puede usar en cualquier vehículo preparado para funcionar con gas natural. Y, además, las estaciones depuradoras constituyen uno de los sectores «mejor posicionados en cuanto a producción de biogás y biometano», como constata el responsable de movilidad sostenible de EnergyLab, David Meana. Lo son por su «potencial de generación» y porque su cercanía a los grandes núcleos urbanos «posibilita abrir el abanico de usos» de lo producido.
Para muestra de lo que se podría hacer casi con lo que ya hay ahora, un cálculo: «Solo con el potencial existente actualmente en Galicia —donde hay siete plantas de producción de biogás en depuradoras— se podrían cubrir las necesidades de combustible de cerca de 300 autobuses», apunta Meana.
Frente a las ventajas, el «principal inconveniente» es que la mayor parte de las tecnologías de purificación con las que se obtiene el biogás están en fase de desarrollo y por ello «sus costes son elevados». Así que la unidad busca «optimizar» los sistemas para reducir gasto.
Es para eso que el año pasado se puso en marcha en Bens una planta de purificación de biogás y que, una vez que ya se está probando una fórmula para obtenerlo, este año se prevé ensayar otra. Como uno de los objetivos es que mueva vehículos, se ha adaptado el bus —que es «dual fuel»— y se ha renovado la flota de furgonetas de la depuradora. El próximo reto, «un hito muy importante», será instalar este año el sistema que permita inyectar en la red de gas natural lo producido en la planta.
La planta de purificación de biogás instalada en Bens encendió las máquinas en el último trimestre de 2018, utilizando una tecnología que se llama de membranas para producir el biometano. Con esa experiencia, este año también se pondrá a prueba un sistema diferente. Ese será de «biometanización catalítica o power-to-gas».
Para que el biometano obtenido pueda llegar a mover vehículos se ha acondicionado un punto de suministro en las instalaciones de la depuradora, al que llega una tubería subterránea que lo conecta con la planta de purificación. Allí es donde reposta el autobús metropolitano, con un sistema de carga similar al de cualquier estación de servicio.
Antes de llegar a una movilidad del futuro que se anuncia muy eléctrica, EnergyLab cree que «en el corto-medio plazo» convivirán con esa opción las tecnologías de transición. «Ya sea de forma independiente o hibridada». Por eso, no apuesta por una sola «como solución sostenible» para el horizonte más próximo y sus proyectos, que van mucho más allá de la unidad de gas renovable, tocan varios palos: la movilidad eléctrica pura —para mejorar baterías y recargas—, los sistemas híbridos o los combustibles alternativos.
Híbridos
En su trabajo, el centro ha integrado tecnologías como las baterías de litio y el hidrógeno, como plantas de propulsión de embarcaciones de pequeña eslora. Y ha trabajado con el gas natural y el biometano para ampliar la autonomía a vehículos eléctricos.
Combustible alternativo
En este campo, EnergyLab se ha centrado en el uso del gas natural en motores de gasolina y diésel, tanto para moverse por tierra como por mar. Ahora su foco está puesto sobre todo en el gas renovable, analizando prestaciones y el impacto en la mecánica.
10%
Es la parte de la demanda de gas natural en España que, según el centro, se podría llegar a cubrir con biometano obtenido de tratar aguas residuales y otros residuos orgánicos, como los agroindustriales.
Fuente: El Diario de Pontevedra