Las cabras de los montes de Meira, en el municipio pontevedrés de Moaña, son las más coquetas de Galicia. Y las más modernas. Todas las mañanas, antes de irse de paseo al monte, custodiadas por perros y pastores, salen con sus mejores galas, vestidas con un collar marrón. Se trata de un instrumento que lleva incorporado un sistema de radiofrecuencia y que permite al ganadero hacer recuento del rebaño y controlarlo a distancia mediante un ordenador o un dispositivo portátil.
La iniciativa se llama Cabras 4.0 y la ha puesto en marcha la Comunidade de Montes en Man Común de Meira, en coordinación con la Asociación Galega Cooperativas Agrarias (Agaca) y EnergyLab, centro tecnológico gallego que desarrolla actividades de I+D+i.
El proyecto supone un avance porque evita la ardua tarea diaria de los pastores, obligados a contar los animales uno por uno a su regreso. En rebaños grandes que pastan en montes, con centenares de cabezas, no es infrecuente el extravío de cabras, lo que suele generar costes para las explotaciones. «Este es un sistema que aspira a que los profesionales de la ganadería puedan interactuar con los animales para dirigirlos de una zona a otra, mediante sonido, vibraciones o impulsos eléctricos. Las de Meira llevan un collar con un dispositivo RFID, de identificación por radiofrecuencia, fácil de manejar, que permite localizarlas y, sobre todo, evita que haya que andar contándolas», explica David Meana, responsable de movilidad e infraestructuras de EnergyLab.
El proyecto para el control virtual de los rebaños ya ha concluido y, una vez superada la fase de prueba, ahora se están haciendo algunos ajustes. «Está funcionando muy bien, sobre todo en lo que se refiere al conteo de los animales», precisa. La iniciativa 4.0 ha contado con el apoyo de la Xunta y del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Regional (Feader), y ha tenido una ayuda económica de algo más de 62.000 euros.
El negocio de una explotación de cabras tiene a menudo problemas de rentabilidad por los gastos, como la inversión en infraestructuras de contención de los animales, la necesidad de asistencia personal, la alimentación suplementaria y la pérdida de cabezas, lo que puede hacer que los costes excedan a los ingresos. De ahí la necesidad de reducirlos.
Estos animales ayudan a limpiar y conservar el monte y a prevenir incendios forestales.
Fuente: La Voz de Galicia